sábado, 25 de marzo de 2017

Mi Sevilla es para los ricos

Por desgracia circula por las redes un comentario que dice olvidada la crítica de mis compañeros a los precios de Sevilla. Y me temo que es una gran verdad.


Don Ramón Valencia hace un supuesto descuento del 10% a los abonados este año, quizás se refirió a descontar las becerradas y unos cuantos euros más de nuestras carteras.
Os pongo, queridos míos, el ejemplo de que una entrada de Sol Alto 8 el año pasado estaba en 27€ mientras que este año se planta en 33€, a lo que debemos sumarle otros 3€ en el caso de las reservas por la web. Todo ello queda en 9€ más este 2017. ¿Cuántos cafés podemos pagar con esos eurillos en el bar Taquilla un rato antes del festejo?
Y si esto fuera para ver seis Cobradiezmos por día, se pagan gustosamente, pero se da el caso que los toros no están saliendo en este comienzo de temporada con mucha fuerza, más bien se  caen por los suelos, esperemos que se deba a las pruebas del inicio y no a que algunos han tenido que aumentar la camada a marcha forzada ¡porque tienen 20 corridas!

Sabemos que en Sevilla tenemos el problema del porcentaje que se llevan los Señores Maestrantes, y que sepamos no ha subido, ¿habrá subido el caché de los toreros? Creo que nunca nos enteraremos a ciencia cierta de lo que cobran o cuántas entradas se llevan en "black". Lo que si se ve que va a subir es la cuenta del banco de Don Ramón.
La pregunta que yo quisiera hacerle a este señor es si se ha declarado antitaurino, pues el único perjudicado es el aficionado. El pobre aficionado que sueña con abrir la persiana un Domingo de Resurrección y que las moscas se planten en el poyete de su ventana, señal de sol y nada de viento. Ese pobre aficionado que se lo quita de un buen almuerzo en un restaurante y prefiere creer ciegamente que la cosa saldrá bien en esa tarde abrileña, la única tarde que podrá ver a su torero aunque éste se anuncie cuatro tardes. Y no por falta de ganas, sino de dinero. Ese pobre aficionado estudiante, que se quita de unas cervezas después de clase solo por soñar con la Puerta del Príncipe. Ese pobre abuelo que irá todo el mes a pie, en vez de en autobús, por sus recados, porque quiere enseñarle este maravilloso (y estos casos, negro) mundo a su nieta de siete añitos.

Y por no hablar de los reventas... ¿ o sí?
Mucha gente, y tengo conciencia, pasará la noche guardando la cola de las taquillas para las entradas sueltas. Cuando todos estos hombres, que bien conocemos sus caras, hayan pasado por esas puertas rojizas, el buen y pobre aficionado recibirá la noticia; "no hay entradas para X días" ¿De verdad se han acabado 10.000 entradas con 30 personas de cola por delante? ¿Debería haber en Sevilla un límite de papel como en otros sitios?

Querido Don Ramón, no es usted el vivo ejemplo de querer salvar la Fiesta, herida de muerte y sin un doctor Vila que la salve, o al menos no demuestra querer serlo. Espero que sea de conciencia fuerte y le pesen todas aquellas buenas personas que se quedarán en sus casas por culpa de su avaricia. Y recuerde, "la avaricia rompe el saco"




No hay comentarios:

Publicar un comentario